lunes, 29 de marzo de 2010

De las ciencias clásicas a las ciencias sociales.


¡Es interesante cuan imprescindibles son los sistemas de información en la vida cotidiana! Más que un recurso útil, se han convertido en la interpretación de la vida de hoy. Leyendo ésta lectura, la cual realmente destaca por su claridad en la explicación, me vino a la mente en todo momento las explicaciones de la programación orientada en objetos que me enseñaron en la materia de desarrollo de software. Dicho estilo de programación – pido una disculpa de antemano por olvidar el nombre del autor del mismo – se basaba en poder utilizar “objetos” o “librerías” que per se, eran recortes de lenguaje computacional que se podían utilizar de modos diversos en todo tipo de programas, cumpliendo en ellos funciones de acuerdo a lo que realizaban, pero con un enfoque totalmente distinto de acuerdo al programa total al que pertenecía.

Y con ello, lo que en 1998 era una forma muy compleja de desarrollar software computacional – debemos recordar que en ese entonces el visual basic – era el programa de moda, ahora es tan usual que un usuario que desconozca de programación, fácilmente copia el lenguaje que Youtube le pone en su video, el lo pega en su propio blog, o red social y le da un sentido totalmente diferente, basándose en el mismo elemento.

Esto es el uso de los elementos en un sistema, de acuerdo a las teorías contextual y organicista, aunque la tendencia en sistemas lleva suficiente tiempo en la línea histórica de nuestra sociedad, es precisamente en estos últimos tiempos cuando se ha puesto de moda al máximo, quien iba a pensar en los albores del siglo XIX que se podía mezclar la religión católica, budista, zen y brahamanista para desarrollar un nuevo pensamiento, como la mezcla de ritmos de diversos géneros musicales, pueden crear nuevos estilos y fusiones que enriquecen el arte musical; o incluso en la peor de las parodias, como dos ideologías políticas tan contrastantes se podrían unir en comicios electorales con el fin de poder derribar a una tercera, creando un nuevo sistema con elementos antagónicos entre sí.

El desarrollo de la teoría general de sistemas puede servir precisamente para eso, retomar elementos de una perspectiva para plantearlos en otra, modificando su estructura y su contexto, poniéndolos en otros totalmente distintos y produciendo por ello resultados diferentes. ¿Cómo aplicarlo en educación? En un diplomado de desarrollo de competencias, se establece que; mediante el enfoque de competencias, se pueden retomar elementos de todas las corrientes contemporáneas del aprendizaje con el fin de lograr la aplicación de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores de la manera más efectiva.

En conclusión, el todo y sus partes, pueden producir resultados elevados a la n potencia, esto porque los elementos pueden deslindarse de un todo para aplicarse en otro, quizá en tiempos donde la secuencia organizacional era tan rigurosa, esto era difícil de entender, sin embargo en la sociedad ecléctica de hoy, esta combinación de partes puede producir una infinita cantidad de todos.

Bibliografía:

· LILIENFIELD, Robert. Teoría de Sistemas, orígenes y aplicaciones en ciencias sociales”. Editorial Trillas, México 2000.

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