martes, 10 de noviembre de 2009

De filosofía, economía y educación.

"El sistema capitalista no precisa de individuos cultivados, sólo de hombres formados en un terreno ultraespecífico que se ciñan al esquema productivo sin cuestionarlo"

Karl Marx (Miseria de la Filosofía)

Somos de los maestros que estamos enfocándonos en el estudio del desarrollo de la educación con base en competencias que marca la Secretaría de Educación Pública a través del Plan Nacional de Desarrollo planteado por el Presidente Felipe Calderón.

Aunque es desalentador y totalmente desmotivante, el leer la frase de Marx con el que iniciamos este trabajo de ensayo, lo quisimos contraponer con la definición de competencia: “Conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores con el que el ser humano se enfrenta a determinada situación”[1]. Este sistema se basa por completo en el desarrollo de formar ciudadanos con características particulares para poder enfrentarse a situaciones laborales; una y otra vez se nos ha mencionado que el origen de las competencias está desarrollado ante todo en la situación laboral que las exige de acuerdo a lo que “en este momento se está requiriendo” de parte del trabajador.

Si de por sí, no estábamos en el entendido de las teorías propias del Sistema Capital a fondo, en el que se pudieran sentir los efectos del libre mercado, denominados ambiciosamente como “la mano invisible” de Adam Smith, el cual nos permitiría establecer sólidamente una economía que fluctuara de manera adecuada, generando el enriquecimiento paulatino de todos a la vez, como es el caso de las potencias mayores que son Estados Unidos, Japón o Europa. ¿Cómo fue que nos atrevimos a involucrarnos en otro modelo si no habíamos entendido el anterior?

En términos de educación, y recordando el origen de nuestro pueblo, cierto es que de modo capitalista o socialista, no se ha valorado el ser mismo del hombre mexicano. En tiempos propios del porfiriato, al que podemos hacer la referencia mayor de que el mercado capital se estaba instaurando con mayor facilidad en nuestro país, el campesino y el obrero no tenían garantizado el acceso libre a un crecimiento o enriquecimiento personal, debemos recordar palabras como analfabetismo, tiendas de raya, caciquismo, por demás narradas en los sombríos escritos de Traven o de Rulfo. La visión propia de crecimiento económico de México era para los hijos de europeos que venían a instalarse con toda comodidad en nuestro país, a ellos verdaderamente se les involucraba en la teoría de moda económica impulsada por los economistas ingleses, desdichando al mexicano en si mismo, que por costumbre propia heredada por los españoles se jactaban en su propia desgracia. El mismo Francisco I Madero, tuvo que estudiar y planear muy bien sus planes de crecimiento, fuera de las aulas académicas de nuestro país, para darse cuenta de la realidad que México poseía.

¿Por qué entonces falló, o está fallando un sistema de trabajo capitalista en nuestro país? La respuesta es tan humillante, es simplemente porque como mexicanos nos empeñaremos siempre en despreciar a los mexicanos, está en nuestra cultura: “que el chilango, por que es tranza… que el regio, porque es codo.. que el yucateco, porque es tonto…” y no obstante con ello, nos ponemos más camisetitas: “americanista, chiva, católico, aleluyo, testigo de Jehová…” Somos una nación de doble apariencia, que impulsamos la fiesta, el patriotismo, la unión entre nosotros en casos de desastre por un lado, y por el otro, envidiamos la suerte de los demás, sacamos los “trapitos al sol” y nos vanagloriamos de sus fracasos, como si con ello quedaran sepultados varios metros bajo tierra los propios.

Somos una nación que no tenemos el mínimo sentido de deseos de sentir el efecto de esa mano invisible; que era el enriquecimiento general, a partir del crecimiento particular. Este era el pensamiento base de Smith, el poder impulsarnos los unos a los otros a partir del libre mercado, las utilidades personales serían capaces entonces de darle riqueza a la nación. El obrero o aprendiz con el tiempo, una vez dominado el oficio o el trabajo, podría empezar su propio negocio, y con la competencia, favorecer la calidad total, el crecimiento en pirámide y la realización de verdaderas empresas que favorecieran al desarrollo económico en gran escala.

Pero somos malinchistas, no hemos podido comprender el verdadero significado del ideal de la sociedad capitalista, el cual, fue malentendido en Europa, pero reformado con el tiempo, ese desfase fue el que le permitió crear a Marx su pensamiento comunista, su desarrollo del materialismo, el cual, tiene sus pros, sus contras y es realmente digno de un análisis riguroso, pero lo que pasó en Moscú, Pekín o en la Habana, que también fue tomado muy a la particular forma de ser de sus respectivos representantes, no se comparo en esa mexicofobia que los propios mexicanos tenemos. Fue utilizado como un muy buen pretexto para que los trabajadores empezarán a crear sindicatos, huelgas, gremios que hoy son totalmente difíciles de desintegrar, como lo es el caso del movimiento electricista del centro del país, o ese bien instaurado imperio de maestros liderados por la Profra. Gordillo.

Hablando de Marx, el fue el primero en decir que tanto el orden capitalista planteado por Smith, como el gobierno de un proletariado… son alienaciones de la sociedad humana, esa lucha de clases no debía existir, sino el crecimiento social a partir de la justa y equilibrada distribución de la riqueza, ideal planteado de otro modo, pero a final de cuentas, con la misma forma que planteaba Adam Smith a través del pensamiento de la mano invisible. Los dos querían desarrollar un sistema que pretendiera el enriquecimiento total, de todos los miembros de la sociedad.

¿Hacia dónde vamos? Es difícil de entender, porque el próximo sexenio, vendrá otro líder político que cambiará las reglas, tanto económicas como educativas, ¿Otro modelo económico? ¿Otra reforma educativa? Son terrenos ultraespecíficos, y como buenos hijos de un capitalismo malentendido, habremos quienes respondan un “si” seguro, sin cuestionarse al respecto, o bien, se criticarán, y se harán trizas al grado de desdeñarlo totalmente, con el único fin de presumir la izquierda que aparentan ser. Sin embargo, ninguna de las dos posturas se plantearan bajo ninguna circunstancia el comprender realmente ¿qué está pasando?

En este ensayo, somos capaces de denotar 3 aspectos que merecen ser analizados más a conciencia entonces; el primero, poder entender a plenitud cuál es el motivo principal que se busca con los modelos económicos que plantearon Smith o Marx, el segundo, entender esa naturaleza propia autorechazante del ser mexicano, y más que darnos golpes de pecho, o dejarlo en evidencia, poder ser capaces de motivar al cambio –Bien lo decía Marx, no es un fin, descubrir el pensamiento, sino transformarlo- un verdadero cambio de las actitudes que tenemos hacia nuestra propia gente; y por último, ser capaces de terminar lo empezado, de poder comprender bien que es lo que queremos hacer, darle el sentido que se merece y llevarlo a la práctica correcta. La solución no está en el pensamiento del libre mercado, o en el fin de la lucha de clases, o en la educación constructivista, fenomenologista o por competencias… Está en entender bien la postura que adaptamos, hacerla propia, combinarla con la identidad de nuestro ser y llevarla a la expresión que verdaderamente buscamos.

No está el país para más Carlos Salinas o Fideles Velázquez, no podemos seguir buscando líderes que nos arríen como ovejas, debemos entender, desde nuestra aula, que somos transformadores del cambio, que poseemos el pensamiento común que debe orillarnos a la riqueza, y sea esta de forma piramidal capitalista o bien, bajo ese ideal comunista que ofrece el fin de la lucha de clases. Debemos entender que la mano invisible se aplicará siempre y cuando seamos capaces de poder entender que el compañero de al lado, tiene el mismo derecho que yo –y por lo tanto, debo ayudarle- a la prosperidad y felicidad.



[1] Competencia. Tomado de Glosario de Competencias, de Editorial Santillana, en http://www.santillana.com.mx/glosario.php, acceso el día 5 de Noviembre de 2009.